8.12.11

I just don’t know what to do with myself.

De un tiempo a acá nada es igual. No sé qué lo inició pero ahora me resulta difícil volver a encontrar mi camino; ese camino que creía hecho a mi medida y del que me desvié en algún momento, sin siquiera darme cuenta.
Ahora estoy caminando lejos de todo aquello en lo que creí que era buena. De todo aquello que creí que era bueno. Estoy perdida y necesitando una mano amiga.
Pero me es tan difícil pedir ayuda. Me he acostumbrado a caminar sola y la mala costumbre no se me quita. Creí que el tiempo a solas sería suficiente para recuperar a la vieja de mí, pero no es así. Por el contrario, he alejado a aquellos en los que confío con cualquier excusa.
Pero tengo que aceptarlo: estoy perdida. Perdida como hace un par de años cuando sentí que mi vida no tenía sentido y que nada por lo que siguiera viviendo era suficiente razón como para seguir haciéndolo. Buscando una razón lo suficientemente fuerte como para no soltar la única mano que intenta sujetarme del precipicio.
No. No quiero dejarme caer como aquella vez. No creo que pueda volver a levantarme si lo hago. A demás, ya crecí. Ya no soy la misma niñita inmadura que se dejaba derrumbar por cualquier dificultad. Ya basta de andar llorando por los rincones. Ya no quiero ser débil, por favor.

Un abrazo ayudaría. Lástima que no me guste el contacto físico.


4.12.11

Cold nights.

¿Dónde estás? Te veo ahí parado y no hago más que preguntarme si realmente eres tú o es mi mente que fuerza tu recuerdo para no sentirse tan sola, tan vacía, tan odiada. ¿Dónde estás?
¿Dónde está ese hombre que me miraba a los ojos y encendía un mundo nuevo? Que hacía estallar cada uno de mis sentidos con sólo proponérselo. Lo busco. Lo busco y no lo encuentro. Pareciese que se ha querido ir. Pareciese que me ha olvidado. Pareciese que lo aburrí.
A veces siento que toma mi mano tan sólo por inercia. Por no tener que buscar otra a la cual aferrarse.
Pero mi abrazo es tibio y mi piel ha aprendido a acogerlo. A hacerlo feliz.
Así que no creo que sea cierto, porque sus ojos aún me ven como a la mujer a la cuál solíamos amar. Aún camino en su mente cual Pedro en su casa. Aún toma mi mano con la misma fuerza y me da de esos besos que me hacen olvidar el mundo por unos segundos.
Lo que pasa es que no dejo de extrañar sus ojos, no dejo de soñar su risa y esperar su aliento.
Y una vez más, me acuesto al lado de mi nostalgia, cual Safo que añora a su amante.


25.10.11

Ojalá fuese Ella

Ella esta como loca. Camina de arriba para abajo sin que nada ni nadie pueda detenerla. Ha dicho cosas que no tienen vuelta atrás. Ella está ansiosa. El café de sus piernas se estremece al pensar en lo que Él pueda estar pensando en este momento. Ella dice que no le importa y no se ha atrevido a contarle a nadie lo que acaba de hacer porque tiene miedo. Está ansiosa. Está nerviosa. Ella se sienta sola en un rincón a leer algo que en realidad no le interesa. En realidad, Ella hace como que lee porque sinceramente no le interesa. Las cuatro páginas que escribió el día anterior le dan vueltas en la cabeza. Le corren por las venas y Ella intenta acallarlas. Se prometió no hablar más del tema pero muere por preguntarle. Muere por saber qué piensa. Muere por saber qué siente.
Y para colmo de males está Esa Otra, con su voz de niña y su andar seguro. Sabe que tiene a medio mundo a sus pies porque es bonita pero se hace la inocente. Se hace la pura. Y aunque Ella realmente no piensa todo esto de Esa Otra, lo dice porque está ansiosa. Porque está nerviosa. Porque está enojada.
Ella está enojada consigo misma. Trata de parecer segura pero en realidad la matan los celos. Y sabe que no hay razón para eso pero no puede evitarlo. Se siente intimidada por Esa Otra y no sabe qué hacer con todo lo que la hiere por dentro.
Ella se come el cerebro tratando de imaginar lo que pasa por la cabeza de Él.

Ella ya no sabe qué hacer.


24.7.11

En honor a Eddie Trías

Estos días he tenido un cansancio mental indescriptible. La vida universitaria me ha absorbido como nunca antes nada lo había hecho. No, no me estoy quejando. Me encanta este desorden, esta presión, estas ganas de mandar al mundo a la mierda y estos nervios que parecen que me van a matar. Es sólo que el tener tantas cosas que hacer me ha quitado el tiempo para pensar en algo coherente para escribir. Hace ya tres días que terminé el ciclo y aún sigo cansada, ¿pueden creerlo? A demás no tengo ganas de hablar de mis conflictos existenciales. Creo que eso lo haré en una próxima entrada.
Es por eso que debo aclarar que esta carta no es mía. Una vez leí en una novela “...supongo que antes de escribir una buena historia primero  tendré  que  quemar  muchas  experiencias,  emborracharme, tirarme a mil tías, cometer un asesinato, qué sé yo... - ¿...Y qué pasaría si no te apetece emborracharte… y si no puedes tirarte a mil tías y tampoco te atreves a cometer un asesinato? - Entonces, no tendré más remedio que matar a alguien, o robar una historia...”
Así que me siento en el completo de derecho de robar esta historia y plasmarla en una carta que nunca fue escrita y seguramente nunca lo será.
PD: Entenderán que al tratarse de un relato literario tiene partes reales y partes inventadas, ya sea para bien o para mal.

Hace ya mucho tiempo que estamos lejos el uno del otro. No estamos enamorados. Nos hemos acostumbrado a esta relación. No tiene altos ni bajos. Ya no es buena ni es mala. Ahora sólo es. Estás siempre tan presente que no puedo extrañarte. Me aburro. Sabes cómo soy. A veces me levanto con una idea y no puedo acostarme sin llevarla a cabo. Pues bien, hoy me levanté con la idea de que tengo que terminar contigo.
No imagino mi futuro como el de las demás personas. No me imagino casada y con hijos. Sueño con una vida llena de excesos. Sueño con ser alguien tan libre como el viento. Con no tener que volver al mismo lugar nunca. Y te has vuelto el peso que no me deja alzar vuelo y me ata a tierra firme.
Y es aquí donde entra mi crisis existencial. Porque te extraño y me gusta hacerlo. Te quiero, te sigo queriendo. Y hasta podría decirse que hoy te quiero más que de costumbre. Entonces, si termino contigo no es porque ya no te quiera, sino porque me gusta terminar. Sé que puede sonar un poco sádico, pero es así. Me gusta hacerte sufrir. Me gusta hacerme. Me gusta ponerme melancólica. Me gusta extrañarte. Me gusta escuchar canciones tristes. Me gusta escribirte cartas que sé que nunca te enviaré. Me gusta recordar los buenos momentos. Me gusta ver tus fotos y sentir que me haces falta. Me gusta pensar en la posibilidad de que puedo ya no tenerte y sentirme mal por eso. Me gusta ser inestable.
Entonces, si me gusta extrañarte, quererte, recordarte y sufrirte, ¿está tan mal que termine contigo? No lo creo. Cada una de las razones que he encontrado por las cuales debo terminar contigo tan sólo no tendrían sentido si no te quisiera.
Así que no pienses que no te quiero porque no es verdad. Terminar contigo es la prueba de que te quiero. Así podré seguir escribiendo nuestros recuerdos, podré soñarte y arrepentirme por dejarte ir. Y si de verdad me quieres sigue como hasta ahora, atándome a tierra firme para que no me vaya volando lejos de ti.

PD de PD: Me siento en la obligación de advertir que "...cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia."

9.7.11

M.A.H.

Son las 8:32 am y ya estoy en el carro. Si no fuese por ella y porque se va en dos días, no habría encontrado la fuerza de voluntad necesaria levantarme temprano un sábado en que mi mamá no me obliga a ir a la iglesia ni tengo clases en la universidad. No haría un viaje de aproximadamente hora y media hasta el Starbucks del óvalo Gutiérrez en Miraflores si la mesa con cuadritos que parece un tablero de ajedrez no se hubiese vuelto parte de esa especie de ritual que comenzamos hace ya varios años, cuando decidimos desviarnos del camino a la iglesia.

Porque ha pasado tanto tiempo desde el día en que la conocí, que a veces creo que siempre lo hice. Mis recuerdos más antiguos y vagos la traen a mi mente con uno de esos vestiditos pomposos a partir de la cintura y esos pequeños zapatitos, pero sobre todo, y es algo de lo que no tengo la más mínima duda, con esa sonrisa capaz de iluminarle el día incluso a un condenado a muerte el día de su ejecución.

Y en mi intento por encontrarle un origen al grado de amistad al que hemos llegado, fabriqué un recuerdo en el que ella me preguntaba los nombres de todos los niños de la clase y yo me sentía importante porque podía ayudarla cuando olvidaba el nombre de alguno de ellos aunque tiempo después ella los conociera incluso mejor que yo.

Ella mató mi prejuicio sobre que el rosa sea sinónimo de hueca y me hizo entender que así como hay malos momentos, también los hay buenos y disfrutarlos es lo mejor que podemos hacer. Me demostró que una sonrisa sincera, suministrada permanentemente, puede curar hasta la más profunda de las tristezas del alma y me enseñó que el optimismo no es confiar estúpidamente en que todo irá bien, sino saber que aunque las cosas vayan mal, en algún momento han de cambiar porque no hay mal que dure cien años.

Porque a lo largo de todos estos años hemos madurado juntas. Hemos aprendido y nos hemos enseñado mutuamente. Le ha dado el toque de alegría necesario a mi vida y yo le he servido de pesa cuando estaba tan alegre que bien podía haber salido volando.
Porque aún con todos nuestros miedos y nuestras mentes adolescentes, seguimos siendo el complemento exacto la una de la otra. Porque no sólo tenía los abrazos que necesitaba cuando los necesitaba, sino también las bofetadas necesarias cuando me salía de control.
Ha sabido escucharme y comprender tan bien mi complicada mente que es capaz de completar mis frases y encontrar las palabras que me hacen falta para describir algo. Y hasta me salvó la vida.

A decir verdad, creo que ella desató mi buena suerte, porque fue la primera de la larga lista de buenas personas que he conocido en mi vida. Y si yo fuese hombre o lesbiana, me habría enamorado de ella. Porque sólo a un loco o a alguien malvado podría desagradarle su personalidad.
Es de esas personas que iluminan el lugar con su sonrisa. Y en ese caso es como una lámpara porque siempre anda sonriendo.

Y se va. Sólo por algunos meses, pero se va. Y sé que seguiré contando con ella aunque esté lejos, pero de todas formas extrañaré tenerla a 1937 metros para encontrarnos y tener uno de esos almuerzos anoréxicos que tanto alargábamos sólo para poder conversar.

Por esto y más es mi mejoramigahermana (y que conste que ese término sólo se lo permito a ella).

Te veo en 9 meses, Valdi. (:


24.6.11

Miedos

A veces el mundo se ve gris. Tenebroso. A veces la vida parece muy complicada. A veces tenemos miedo de equivocarnos. A todos nos pasa. Tal vez a unos más que a otros, pero a todos nos pasa. Lo digo porque conmigo es así. No me es fácil tomar riesgos. Le tengo miedo a sufrir o hacer sufrir a alguien más.

Creo que las únicas veces que he decidido actuar, aparentemente sin importarme las consecuencias, es cuando le tengo más miedo a las consecuencias que traerá el no actuar. Y en ese caso, podríamos decir que mis acciones están dirigidas por el miedo. Así, si decido no hacer algo es porque me da miedo lo que pueda pasar  y si decido no hacer algo es porque me da miedo lo que pueda dejar de pasar.

Y creo que siempre ha sido así. El miedo es lo único que siempre he tenido. Incluso cuando sigo mis impulsos, lo hago porque pienso que de no hacerlo las cosas pueden ir peor.

Pero entonces, ¿mi vida está dirigida por el miedo? Al parecer, así es. Me es difícil confiar en alguien y cuando lo hago es porque me da miedo creer que pueda defraudarme y herirme. Cuando llego a creer en alguien, lo hago a ciegas, sin importar lo que puedan decirme los demás, porque si lo tomo en cuenta me da miedo y me alejo.

Esto me ha llevado a confiar en las personas equivocadas, a veces. Creer en alguien más, incluso por encima de mi razón. Me han defraudado. Me han herido. Y así han hecho que me vuelva más desconfiada.

Y aún así sigo haciéndolo, porque el confiar a ciegas también me ha unido a buenas personas. Personas que también confían en mí y espero nunca defraudar. Claro que también he perdido buenas personas por culpa de mis miedos. Pero eso ya es otra cosa. Es mi culpa al no haber podido controlar mis miedos.

Pero de todas maneras he tomado el riesgo. He tomado ese riesgo a causa del miedo. ¿Paradójico, no? Que el confiar en alguien se base en el miedo que me da no confiar. Y entonces vuelvo a mi desequilibrio equilibrado. Contradictoriamente acertada.

Y es cierto, debo controlar mis miedos. Pero aún así sigo confiando en ellos cuando de protegerme se trata.


9.6.11

Cristalizada y emplumada.


A ver, tal vez esta vez pueda encontrar la manera adecuada de empezar. Si alguien que esté leyendo esto conoce mi verdadero nombre le ruego no lo mencione, pues creo firmemente en la frase que dice que "En el misterio esta la magia" y prefiero mantener la magia con todo aquel que aún pueda disfrutarla. Tal vez en un futuro no muy lejano me atreva a revelar mi identidad ..pero eso ya lo veremos más adelante.

Aprovecho para mencionar que hoy fue mi cumpleaños y como ya soy adulta (me creo vieja por cumplir 19) debo empezar a organizar mejor mi vida, así que publicaré aquí cada 15 días ya que tengo que dedicarle tiempo a mis estudios  pero tampoco quiero descuidar esto. También debo mencionar que tuve otro blog -cuya dirección URL aún es accesible- pero que no publicaré ya que mi identidad se vería expuesta.

Bueno, creo que  habiendo terminando con las formalidades puedo empezar a escribir algo que valga la pena leer, así que empezaré por contarles la razón por la cual escribo ..y qué escribo.

Primero el qué. La verdad ni siquiera a mí me parece fácil definir qué escribo. Me gusta la poesía pero siento que la rima encajona mucho las ideas y no deja al poeta expresarse libremente, así que prefiero la prosa. Pero cuando me preguntan sobre qué escribo es cuando me quedo sin respuesta. Escribo lo que pienso, lo que siento y lo que percibo. Sí, aunque me cueste aceptarlo, debo admitir que escribo un diario. Pero no es un diario como el que están pensando, señores. Escribo un diario, pero un diario en todo el sentido de la palabra. Escribo de todo. A veces sobre mis sentimientos por alguien, a veces sobre la vida, la sociedad, el tiempo, la naturaleza, el amor, el arte, mi familia, mis amigos, mi pasado e incluso mi futuro.

Por eso no me gusta decirle "diario" a mi cuaderno. Prefiero bitácora, aunque en la tapa ostente el título de "Cartas a la vida, a la muerte, a la soledad y al amor". Y tal vez algún día intente dar un paso más arriesgado y enfrente mi miedo al fracaso publicando algo más serio.

Y ahora tengo éste blog que pienso mantener durante el tiempo que ustedes, sus desocupados o interesados lectores, quieran. Pero no se preocupen, si se aburren o no les gustan las futuras publicaciones no me ofenderé. Eso sí, les agradecería que me enlacen si les gusta. ¡No sean egoístas, pues! Compártanme, que mientras más gente me lea, más motivada me he de sentir, lo que hará que me esfuerce más y por ende mejore. Así ustedes podrán disfrutar de una mejor “mí”, publicación tras publicación.
Habiendo más o menos terminado de explicar el “qué”, creo que puedo pasar al “por qué”. Escribo porque además de un lapicero y una hoja, tengo un bichito que me pica el alma e incita a mi espíritu a expresarse. Escribir me libera. Siento que me expreso mucho mejor en papel que frente a las personas. Explicaré el porqué: Para empezar, tengo una especie de pánico escénico. Cada vez que me paro frente a un grupo de más de 20 personas se me nubla la mente, olvido las cosas que tenía que decir, se me traba la lengua, sudo como puerco, se me doblan las rodillas, no sé qué hacer con mis manos y mis oraciones pierden sentido ya que olvido hasta las reglas gramaticales básicas.

En resumen, los nervios me dominan. Sin duda considero el diálogo la mejor forma de llegar al entendimiento, pero al no poder usarlo con un número grande de personas, opto por la escritura. Además, al escribir siento que soy más sincera ya que puedo ordenar mejor mis ideas antes de darlas a conocer. ¡Escribir es mi pasión, señores! Y si soy buena es porque lo disfruto terriblemente y cada palabra que la tinta o el carbón marca en el papel, acaricia mi alma y me hace feliz.

Porque incluso cuando escribo sobre cosas tristes, el sólo hecho de escribir hace que, entre línea y línea, mis recuerdos e ideas encuentren la paz que tanto necesitan. Así la escritura se vuelve necesaria para mí, ya que calma mis penas y le da forma y sentido a mis alegrías.

¡Y ya! Espero que haya quedado claro mi “porqué”. Ahora, si me permiten, explicaré el origen de mi pseudónimo: Krystal Feather.
Empecemos por el nombre. Lo escuché hace mucho tiempo, pero la forma en que lo escribo proviene de una película cuyo nombre no mencionaré ya que es irrelevante. El motivo de que lo haya elegido radica en que el personaje de dicha película era una chica que intentaba parecer dura y se hacía la fuerte. Escondía su lado sensible para evitar que le hicieran daño. Al final de la película revela que su verdadero nombre era éste: Krystal.

Y me sentí identificada.. por razones que ya entenderán a medida que vaya publicando y vaya desnudando poco a poco mi alma frente a ustedes. También tiene mucho que ver el significado en sí de la palabra “cristal”. Cuadno escribo siento que me vuelvo transparente. Todos mis pensamientos y sentimientos quedan expuestos, y mi cuerpo termina siendo sólo el envase de cristal deja mi esencia a vista y paciencia de todo aquel que quiera entenderla.

Feather. Si se toman la molestia de buscarlo en un diccionario -en caso de que no sepan inglés, como yo-, encontrarán que significa “pluma”. La primera vez que escuché esta palabra fue en una conocida canción de Radiohead “.. you float like a feather in a beautiful world ..” Luego descubrí que tengo una especie de afición por las plumas, ambos tipos de plumas. Me gustan las plumas para escribir porque, como ya se habrán dado cuenta yo escribo a mano. Sí, todo lo que en este momento están leyendo, pasó primero por una hoja de papel y fue impregnado por un lapicero de tinta líquida o un lápiz de carbón.

Me encanta escribir a mano. Aunque el trabajo de digitalizarlo sea una carga extra y tenga que hacer muchos borrones, siento que sólo puedo dejar fluir plenamente mis ideas si es mi mano derecha la que registra tofo el proceso. Y el interés por las plumas de las aves, tiene que ver con la textura de las mismas, pero más que nada con mi sueño de, algún día, poder volar. Sé que suena estúpido, pero realmente envidio a las aves. Y si pudiera elegir un animal en el cual renacer, definitivamente sería un ave. No importa mucho qué ave, con poder volar me bastaría. Como prueba de mi afición por las plumas, tengo dibujado en la pared de mi cuarto, un árbol que en lugar de hojas tiene plumas. Ah! Y planeo tatuarme una pluma en el hombro este año, después de donar sangre, claro está.

Y bueno, habiendo terminado con los datos más importantes, creo que puedo retirarme, no sin antes desearles lo mejor (a pesar de que aún queden rezagos de pesimismo en mí). Y repito, si les gustó, compártanlo. Ah! Y no olviden dar su impresión. Toda crítica constructiva es bien recibida.

Saludos para todos y paz. (: