27.3.12

El artista IV. (Their past)

Entraron en la cafetería y ella pidió el mismo café amargo que había bebido desde el día que murió su madre, hace mucho tiempo ya.
-¿Alguna otra cosa?- preguntó la mesera, cuyos pequeños ojos buscaban insistentemente la mirada del apuesto joven que acompañaba a la niña-mujer que bebía café negro.
-Para mí, un capuccino con crema, por favor.- dijo la voz ronca y dulce del caballero en cuestión.
-Ensegida.- dijeron los minúsculos ojos, tratando de disimular el suspiro que la voz del galán había causado en ella.
Cuando la señorita se hubo retirado, los dos se miraron fijamente.
-Realmente la volviste loca.- sonrió burlonamente nuestra greñuda amiga.
Él rió mientras se arreglaba el mechón de cabello que descansaba sobre su frente, como solía hacer cada vez que estaba nervioso.
Ella sonrió al darse cuenta de que en ese momento sólo se tenían el uno al otro y nada más que el uno al otro.
-¿A qué hora sale el avión?- preguntó la melenuda.
-9:30 pm- respondieron los masculinos, pero paradójicamente hermosos labios.
-Tal vez tengamos tiempo para comprar algunas cosas.- dijo ella mientras jugaba con la azucarera que la camarera de ojos diminitos había dejado sobre la mesa antes de irse.