15.5.12

El Artista V. (Their fears)

Ella lo tomó de la mano mientras salían de la cafetería con una de esas sonrisas que solía dedicarle luego de haber hecho alguna travesura, cual niña pequeña.
-¿Qué hiciste, bonita?- le preguntó él con su sonrisa digna de una fotografía.
-Nada malo.- contestó ella agrandando aún más su enorme sonrisa.
Y era cierto, no había hecho nada pero le encantaba jugar y hacerle creer que estaban en problemas. Le encantaba ver su cara de preocupación. Decía que parecía un cachorro asustado.
-Ay, ay, ay- le dijo, soltando un profundo suspiro -me vas a volver loco, mujer.-
Ella se adelantó un par de pasos, dio la vuelta y empezó a caminar de espaldas; lo miró a la cara y le pidió entre risas que cantara aquella canción que había tocado para ella la noche anterior.
El empezó a tararear algo y le cantó mirándola a los ojos: "Toma mi mano. Mientras estemos juntos nada nos detendrá."
Ella sintió que volaba. Cerró los ojos mientras seguía caminando de espaldas y escuchaba la canción que él le había escrito; porque aunque no se lo había dicho, ella sabía que él la había escrito para ella.
Él la tomó de ambos brazos y comenzaron a dar vueltas como cuando eran niños y jugaban en el parque frente a la casa del señor Sánchez, aquel que se enojaba cada vez que una pelota entraba en su hermoso jardín de flores rojas.
De pronto, como si todo hubiese sido planeado por una mente maestra, pasaron por una casa cuyo jardín tenía unas flores idénticas a las que él recordaba; y aunque no fuese así no importaba porque a él le gustaba creer en las casualidades. Cortó una con los dedos, y la puso en el cabello de su musa mientras seguía tarareando el tono de la canción de la noche anterior.
-El tiempo no volverá a pasar por nosotros- le dijo mirándola a los ojos -Ahora somos inmortales.- Y la besó en la mejilla como cuando eran niños.