26.2.14

Katherine


Desde los pies que alguna vez adoró por ser tan suaves y perfectos, hasta el cabello que solía peinar con los dedos. Todo. Todo lo que la hizo la mujer que es hoy, le parece abominable. Odia la mirada profunda que hace a los hombres perder la cabeza, odia las manos frías y suaves que alguna vez condujeron a muchos a universos en los que la soledad estaba extinta; odia los labios que tantos halagos recibieron algún día y odia las caderas que alguna vez definieron los sinuosos ritmos de sus vidas.

Odia tanto su pasado. Odia lo que podría ser su futuro. Odia incluso lo que su pasado le ha hecho a su presente y lo que éste le está haciendo a su futuro. Tan llena de odio que ya olvidó lo que es amar. Tan llena de odio que ya ni recuerda por qué odia tanto.

Ya no recuerda el día que su vida oscureció y la llevó al punto en el que está ahora pero aún lo odia, porque de no hacerlo nada tendría sentido. Necesita odiar para mantener la cordura. Entre sus tacones altos y sus medias viejas, espera aún conservar su cordura.



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