19.7.12

Vuelvo.


Desde hace un buen tiempo que he dejado de escribir. Es decir, he dejado de usar la palabra escrita para lo que inicialmente quería usarla: aclarar mi mente. Desde hace unos meses, o tal vez más, lo único que he hecho ha sido dar vueltas en problemas sin solución -o con soluciones muy obvias- y hasta he empezado a inventar historias -o deformar algunas existentes- y me he perdido.

Hoy estoy tratando de reconstruirme, de volver a ser la gran contradicción racional que era, la mujer nostálgica que podía ahogarse en carcajadas, la despeinada que no se peinaba porque no lo necesitaba, la tímida loca a la que le encantaba hablar de nada. Me extraño, extraño a la vieja de mí, extraño reír por cosas que valgan la pena, con personas que valgan la pena. Extraño a mis viejos amigos e incluso mi tan cómoda soledad. Creo que más que nada extraño ser feliz, disfrutar los días, sentirme viva.

Hace un par de días me puse a ordenar mis archivos y encontré tantos borradores, tantas cartas sin terminar, tantas historias inconclusas. Dejé tanto a medias durante todo este tiempo.

Ya es hora de levantarse, quitarse las legañas y seguir el viejo camino. Y aunque haya prometido no volver más, a veces hay promesas que deben ser rotas.


Y aunque tenga que volver a aprenderlo todo de nuevo, vuelvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario